Abrirme el corazón y vomitar toda la razón. Coserme el miocardio con canciones de Marea. Perder el conocimiento mientras te grito al oído que tú estás para morir conmigo. Poco a poco se me desgarra el alma, pensando en quién estará metida en tu cama. Me miras y me evitas, me espias y me imitas, me sonrojas y me limitas.
Marea, está bien.
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