Saldrás en mi lista de venenos.

Creo que todo lo que te tengo que decir se ha  evaporado,  como mi risa, se  ha fugado con  mis esperanzas y mis ganas de más. No voy a decir que de los errores se aprende porque volvería a perderme en ti una y otra vez hasta  encontrarme de nuevo. No voy a soñar  con que el destino me esta guardando sitio en los brazos de un hombre que tiene la  capacidad de convivir con mis defectos porque aún me queda algo de cordura,  pero tampoco voy a hacer un drama de mi vida sin tu sonrisa cachonda. Porque te reduces a esto, a todos los momentos que recojo y analizo buscando algo que me haga soñar por unos instantes, porque tú estas hecho de mis ilusiones y carne. Al fin y al cabo,  con  cada decepción solo  me entran  más ganas de besos que de polvos y estoy segura de que más de un hombre estará dispuesto a guardarme sitio en su cama, ofreciéndome todo lo que tú no querías darme. Quizás no viva en una constante montaña  rusa y mi felicidad deje de alimentarse de ataques suicidas, pero siempre habrá algún impulso que descontrole mi vida tal y como tú lo hacías.

Juré contar nuestra historia, nunca decir la verdad.